El sistema de extracción consistía en hacer a mano zanjas de la medida del grueso de una pierna, la que había que tener dentro de ella para picar, más tarde a base de cuñas literalmente se arrancaban los bloques del monte, mucho esfuerzo, sacrificio y penurias las que nuestros maestros canteros pasaban a diario. El oficio se aprendía desde niño ayudando de peón a los oficiales, así es casi como yo aprendí mi oficio. Que sirvan éstas fotograías como recuerdo a ellos.
En esta fotografía se puede apreciar la cantidad de animales que eran necesarios para el transporte de los bloques de piedra desde la cantera a la fábrica, se hizo esta fotografía por que el bloque era extraordinariamente grande, apreciemos que el camino es eso, un camino de los de antes.
Las reatas tiradas por animales eran toda una aventura, y una lección de esfuerzo, y claro, el medio de meter el pan en casa.
Esta es la cantera que regentaba mi padre, hace ya muchos años, la suelo visitar. Para comprender la diferencia entre lo que era este oficio y lo que es en la actualidad. Solo hay que comparar las imágenes. No puedo evitar al ver esta antigua cantera, pensar en que es un viaje en el tiempo.
Este es un Dumper, lleva a sus costillas unos 30000 Kg. sus ruedas son más altas que una persona.
Esta explotación de mármol está equipada con los últimos adelantos en maquinaria, literalmente se corta el monte como mantequilla, hay que apreciar las dimensiones de esta imagen comparando el tamaño de las personas que aparecen en ella.
La mano del artesano, siempre quedará alguno, esperemos.
Contamos con varios tipos de piedra natural de afilar, entre las que destacan dos bien distintas, una silíceo-férrica de gran poder de vaciado y con un grano ideal para este cometido, pudiendo dejar el filo con el acabado que ella deja si la herramienta que afilamos no necesita un acabado más fino, ideal para usos agrícolas, industriales, incluso en cocina.
La segunda piedra natural, y verdadera magia en el afilado es de asentar filo, sus características naturales junto con los procesos de curado la hacen única en el mercado, pues confiere a las herramientas de acero tal calidad de finura y terminación en el afilado que convierte nuestra vieja y desechada herramienta en la perfecta compañera de trabajo.
La variedad de piedra naturales de afilar, va en aumento, pues existen en el mundo muchas a las que aplicando nuestros procesos de transformación, se las podemos ofrecer, para cada uno de los cometidos que mejor cumplan.
Hoy en día con las nuevas tecnologías, podemos dar formas incluso combinar dos piedras en una, gracias a los potentes adhesivos que existen, por lo que haciendo uso de éstas conseguimos dos gamas de productos bien distintas:
La primera consiste en formatos compuestos de una o combinaciones de las dos piedras que los hacen indicados para distintos usos y necesidades.
La segunda consiste en formatos que la piedra natural no soportaría a no ser por la introducción de un alma de acero inoxidable en su interior, verdadero avance y patente de nuestra propiedad, que nos permite pasar de simples piedras naturales de afilado a verdaderas herramientas de uso diario.